acques Attali habla rápido y es contundente. “Están muertos”, dice en varios tramos de la entrevista. Alude a varios sectores de la economía global tal y como los conocimos antes de la pandemia, del turismo a la aeronáutica, entre otros, como así también es lapidario al trazar el panorama económico de los próximos años.
¿Forma de ‘V’ o de logo de Nike para graficar cómo serían la caída y la eventual recuperación? No, corrige, será como “una silla”. Abajo, dice, luego estancamiento y, después, más abajo.
Egresado entre los primeros de su promoción en las cuatro escuelas más importantes de Francia, fuente de consulta de todos los presidentes de su país desde los tiempos de François Mitterrand, miembro del Consejo de Estado de su país y mentor de Emmanuel Macron, Attali evita los rodeos. Carga incluso contra muchos de esos mismos políticos que lo llaman cuando las papas queman.
Les reprocha que callan la verdad, ilusionados con que “algo” encarrilará la situación mundial. Pero, para él, deberíamos implementar una “economía de guerra”. Sí, tal y como ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial.
Attali también habla de empresas “zombis” y de la oportunidad que desperdició el G-20 cuando se reunió en la Argentina. Pero no todo es lúgubre en el panorama que traza. Hay un amplio sector al que define como la “economía de la vida”, que augura que florecerá durante los próximos años. A esos, dice a La Nación desde París, “les irá muy bien”.
Comprendimos que un problema en un lugar es un problema en todos lados. Pero en cuanto a la ceguera de los líderes, su tendencia a procrastinar… eso no me sorprendió. Fuente. El Tiempo